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Rompiendo Mitos


Y es que en este año 2019 muchos de los axiomas que había ido conformándome a lo largo de estos 20 años de colombofilia federada han desaparecido.


El primero de ellos hace referencia precisamente a este último aspecto. Sin ánimo de ofender a nadie y como mera opinión personal, creo que hoy en día no es necesario estar federado para disfrutar de las palomas mensajeras. Y es que por primera vez en 20 años no he renovado la licencia federativa. ¿El motivo? Todos y ninguno. Realmente mi forma de ver este mundo de la colombofilia se reduce a marcar - cuanto más arriba en la clasificación mejor- de sueltas de más de 750 km. Trabajar cada año para mejorar mis resultados pero con un objetivo claro: cultivar una familia de palomas de gran fondo. Palomas de segundo día. De sueltas duras. De muchas horas de vuelo. Tenaces. Esas que escasean. Y eso hoy por hoy no me lo da la oferta federativa.
"El 73"-Macho Base GB-Padre de Nessie


La legislación de la RFCE exige comprobar palomas en todos los concursos donde se encesta. Esto que para muchos es obvio y normal, a mí me supone un esfuerzo mayúsculo en términos de tiempo y  dinero. Tener que recorrer los 150 km de ida/vuelta hasta el club más cercano para ir a llevar el reloj 2 o 3 días después de haber ido a encestarlas en sueltas de velocidad donde en condiciones normales no pondría chips, ni reloj porque es un tipo de concurso que para mí es un medio fondo o un fondo debido al arrastre y las pérdidas, supone un sacrificio demasiado costoso en los aspectos anteriormente expuestos. Al tener que comprobarlas, debo enviarlas con chips. Y como en esas sueltas da igual cómo las lleve preparadas sé que perderé sí o sí el 50% de las enviadas, no apareciendo el otro 50% regresado en las 5 primeras hojas de la clasificación, pues duele tener que gastar en chips y combustible para algo que considero un mero trámite y filtro por el que deben pasar para poder ir a fondo y gran fondo. El gasto basal en licencia federativa, cuota social y anillas, a mayores de las viajeras censadas ya supone un buen pico. Los chips que en vez de bajar de precio vuelven a subir bajo el supuesto trato de favor al afiliado que promulga la RFCE no salen gratis y fastidia tirarlos en una suelta donde sabes que vas a perder la mitad de las enviadas y no vas a clasificar en cabeza. Andar a carreras en mi escaso tiempo libre para abrir el reloj por decreto tampoco me hace demasiada gracia. Dicen que todo tiempo pasado fue mejor y es que en el pasado enviaba pero no comprobaba; simplemente las fogueaba para la traca final en gran fondo.


Por otro lado desde hace un par de campañas en Asturias han bajado el cuentakilómetros: de los 770 km desde Puerto de Santa Maria o los 730 km desde Lebrija, ahora son 720 km desde Isla Cristina. Ojo,720 km para mí. Pero es que las palomas ganadoras del Isla Cristina 2018 y 2019 no tenían 700 km lineales de distancia a su palomar. Y quiero en este punto matizar bien mis palabras no queriendo quitar mérito a esas palomas pues lo han hecho del tirón, pero como dije antes no es esa mi forma de leer la partitura del gran fondo. Hay compañeros que opinan que para marcar de 770 km primero han de venir de 720 km. Yo lo veo de otro modo y pienso que si no mandamos a 770 km, nunca tendremos palomas de 770 km. Al final el objetivo es marcar más palomas y más rápido a costa de reducir la distancia. Eso no es para mí.

Afortunadamente el CLADN me ha dado la posibilidad de enviar a esa distancia por encima de los 750 km. ¡Larga vida al CLADN!


Como ya he comentado en anteriores entradas, los colombófilos del Oriente de Asturias somos como los “judíos de la colombofilia” ya que al ser pocos y vivir en tierra de nadie a medio camino entre los núcleos colombófilos asturiano y cántabro no encajamos en ningún lado. A nivel personal, considero que no me debo a nadie en el sentido de hacer una vida de club como la gente que vive en una ciudad y milita en club de la misma desde hace 30 años. Yo también lo haría si viviera en Oviedo, Gijón, Avilés, Santander o Torrelavega…Pero vivo en Ribadesella. Esto es diferente. Al no haber masa social, tener un club a nivel local es inviable por lo que yo voy donde por cuestiones meramente técnicas y de logística (horarios laborales, lugar de trabajo o disponibilidad de quienes me echan un cable con las palomas) más me interesa. Por lo visto eso ha sido visto por algunos como algo negativo porque “el no parar en ningún sitio” es indicativo de conflictividad. Mucha de esa gente que habla ni tan siquiera me ha mirado a los ojos ni intercambiado una palabra conmigo pero prejuzga por el hecho de que durante todos estos años he pasado por 6 clubs diferentes en vez de estar siempre en el mismo.  Que sepan que no he dejado deudas, ni enemigos allí por donde he pasado. Por el contrario he conocido bastante gente interesante y creo que en colombofilia todos deberíamos tener la mente abierta y no cerrarnos a lo nuestro, lo de antes o lo de siempre. Así nos va.

Retomando los mitos rotos y ciñéndome a lo meramente deportivo, decir que este año volé mis palomas con el Club Colombófilo Las Cordilleras de Torrelavega que es quién organiza el CLADN. Como suelo hacer todos los años envié a 4 concursos con distancias de 190 km, 290 km, 540 km y 770 km.

Vamos pues a por el segundo mito que cae esta temporada: el arrastre. Y es que en la primera suelta desde 190 km tenía esperanzas de que al reducirse notablemente el número total de palomas enviadas en relación a cuando volaba a nivel federativo el arrastre también disminuiría. Pero no fue así y la mitad de mis palomas como todos los años, se perdieron. Fui el asturiano que participaba que salí mejor parado pero como digo, el 50% exacto desapareció de un plumazo. Ni se recuperaron palomas en los días siguientes, ni nada de nada. Es cierto que el número de palomas enviadas por la zona de Cantabria doblaba a los que íbamos de Asturias pero hablamos de que teníamos un 33% del bando, no un 5% que es lo que representan las palomas del Oriente cuando volamos a nivel federativo con el resto de Asturias. Mi hipótesis, que no deja de ser una suposición, es que no hubo tanto arrastre pero sí una entrada peor al ser pocas palomas tratando de romper y buscar las nuestras un paso más directo por la zona de Picos de Europa que en esas fechas está bien aderezada de halcones en plena temporada de cría. La costa cuando nos las arrastran es mala y la montaña parece ser que igual o peor. Este año un experimentado ornitólogo me comentaba que había visto cazando halcones por encima de los 1500 m. ¡Estamos rodeados! Y como siempre digo, hay que considerar el matiz de la época. Mayo es muerte para volar palomas. Es el pico de mayor actividad de los halcones y lo será siempre. Pero ese es otro tema que hoy no toca tratar. Ya sabéis lo que opino de la conexión entre la forma de la paloma y el calor – que no ola de calor-. Retrasar las campañas nos traería más alegrías que disgustos. Y sino que me expliquen cómo regresaron 3 palomas de la suelta internacional de Melilla a Asturias sobre el 11-12 de Julio. Debería habérselas tragado África y el calor. Aprovecho estas líneas para dar la enhorabuena a sus propietarios. Magníficos ejemplares. Me hubiera gustado mandar a esa suelta pero las dudas al principio del año sobre su celebración me hicieron apostarlo todo al CLADN.

Entreno desde Alto Campoó


Estas semanas ando moviendo pichones por la que yo llamo ruta transcantábrica atravesando la zona de Picos de Europa para ello. La diferencia entre volar pichones ahora y adultas en Mayo desde los mismos puntos de entrenamiento o suelta es dramática. La ausencia de celo y virginidad ante los depredadores de los pichones, y la ínfima presión rapaz ahora en relación a la primavera, hacen que tras 4 entrenamientos que llevo haya perdido sólo 1 pichón. Y aquí enlazo con el tercer mito roto: se puede seleccionar sin el factor aves rapaces en la ecuación.  Este año 5 de las 6 palomas recibidas de Valdepeñas-540 km al 2º y 3º día, ya que el primero la cordillera estaba herméticamente cerrada por un manto de nubes y niebla que sólo permitió la entrada de 3 palomas en Cantabria, eran las supervivientes de una suelta selectiva que había hecho en Septiembre del año anterior a los pichones. Suelta muy dura debido al viento lateral que las desvió y donde perdí casi 30 pichones. Al final mi sistema de selección de los pichones que por edad se pueden mover en el año de su nacimiento me reportó una gran satisfacción. No es lo mismo seleccionar uno sólo que yendo con más gente. Cuando uno va sólo, está claro que no hay arrastre. Cuando uno va en Septiembre, estamos de acuerdo que hay menos halcones que en Mayo. Pero…a un grupo tan pequeño de palomas en 200 km pueden pasarle muchas más cosas que a uno grande en 400 km. Por eso apuesto por esta fórmula de entrenamiento individual. Además, con pichones todo puede suceder y lo que está claro es que no es coincidencia que esas supervivientes en pichones regresaran este año del fondo como lo hicieron. Recordaré el Valdepeñas durante mucho tiempo pues recibí el 50% de las enviadas. Y eso aquí no es nada fácil. En esa suelta iban además de cántabras y asturianas, palomas de Burgos y Bilbao, lo cuál aumenta aún más si cabe el mérito de las recibidas pues demostraron gran poder de navegación separándose del resto y mucho temple para esperar y no tratar de atravesar la niebla el primer día. Suelta del norte, de las de antes. Por tanto a pesar de seleccionar en una época de menor presión rapaz, las que quedan si hay una criba potente como ocurrió el año pasado por el viento, son muy buenas.


Y cae uno más: el cuarto. Éste tiene que ver con las fechas de nacimiento de las mejores voladoras que deja el final de cada temporada. Normalmente comienzo a anillar pichones en Marzo y termino de criar en Julio. Los últimos años había criado algo en Agosto pero pichones contados. En 2018 crié el mismo número de pichones cada mes. Unos 17, aproximadamente. En mis archivos tenía como dogma de fe que las palomas que hacían el gran fondo bien al reloj o fuera del mismo, eran nacidas en Mayo-Junio. Y que las de Agosto tardías se perdían a las primeras de cambio en entrenos primaverales. Las de Mayo y Junio nacen en los meses con buena temperatura y días largos. Ideales para una buena cría y buen estado de salud de las palomas. Además completan la muda en su práctica totalidad. Pero este año, los “agostizos” sacaron pecho. Y es que tras el concurso de 190 km tenía casi la mitad de los anillados en Agosto del año anterior en el palomar. Tras pasar todos los entrenos y el 190 km tenía más palomas nacidas en Agosto que entre Junio y Julio juntas. ¿Casualidad? Los años venideros veremos. Yo por si acaso estoy anillando pichones estos días. Por cierto, todos esos pichones tardíos los retiré de la campaña tras venir de 190 km. A muchos les dará la risa. Como siempre yo hablo en horas de vuelo, no en km. Estos últimos los dejo para los que no tienen accidentes geográficos en su camino, los que hacen vuelos marítimos con viento de cola o los europeos que no tienen montañas, ni halcones. Aquí tras ese mísero 190 km sólo un 15% de todo lo anillado el año anterior sobrevive. Palabras mayores. Por tanto las supervivientes el año pasado en Septiembre, nacidas en Marzo y Abril, coparon la suelta de fondo. Sólo 1 de las 6 que regresaron era nacida en Junio.



Y ante todos ustedes el primer mandamiento o quinto mito que saltó por los aires esta temporada: el vuelo por el palomar. La mejor lección aprendida en muchos años. Ante todo comenzaré diciendo que el vuelo por casa es y seguirá siendo el pilar fundamental del éxito pues aporta a la paloma el músculo y por ende la seguridad y valor a la hora de afrontar los entrenos primero y concursos después, pero debo añadir que no es el único pilar sobre el que descansa el éxito. Creo que la salud puede superarlo. La ausencia de superpoblación trae magia al escenario. No me cabe ninguna duda. Las palomas volaban de cine por casa dos veces al día durante todo el verano, otoño e invierno hasta mediados de Febrero que este año fue un mes especialmente soleado y cálido lo que provocó que el celo hiciera acto de presencia con un mes de antelación. Las palomas comenzaron a vaguear y enseguida les tuve que dar cesta para compensarlo. Con mucha premura para muchos, pero esquisita mesura fiel a mi visión sobre el equilibrio entre ejercicio físico y castigo psíquico que ya conocéis, moví las viajeras en Febrero y Marzo.  Y es que desde finales de Febrero a mediados de Marzo el cielo se tiñe menos de rojo; la hembra del halcón se pone a incubar y da cierta tregua durante 3 semanas seguidas. No todas entran al nido simultáneamente pero varias se solapan en esas fechas. Esa ventana de tiempo creo que he sabido leerla y es donde ha radicado parte del resultado final al que pronto llegaremos. Para mí esto supuso un gran alivio pues reduce mi angustia entre concursos donde quedan muy pocas palomas que es casi imposible hacer volar. Todos estos años me suponía un esfuerzo titánico hacer volar las palomas por casa tras quedar mermado pasado el primer concurso. Pues bien, si se hacen los deberes en pretemporada, se ha demostrado que no es indispensable que vuelen fuerte entre concursos. Entre el 190 km y el 540 km las palomas apenas volaban 20 minutos al día. Quizás menos entre el 540 km y el 770 km. Y la flauta parece que sonó. Pero aquí y a esas distancias no hay casualidades. Si ocurrió una vez, sé que es posible.


Vamos llegando al final. Romper 6 mitos en un solo año no es algo habitual. Pero como decimos por aquí: “ye lo que hay”. A pesar de ir viendo indicios de una gran condición de las palomas desde los primeros compases del año y persistir pasada la primera suelta para nada me esperaba un fin de fiesta que una pequeña hembra rodada me tenía reservado. De las 3 últimas citas asturianas con el gran fondo de verdad: Puerto de Santa María, Cabo de San Vicente y Casas del Porro, la primera paloma regresada en Asturias lo hizo a las 11.36 h, 14.28 h y 13.55 h del segundo día respectivamente. Hablamos de los últimos 6 años. El presente. Pues bien, este año en el CLADN las palomas se soltaron a las 7.30 horas de la mañana del Jueves 20 de Junio desde el Puerto de Santa María. 31 participantes de Galicia, Asturias, Cantabria, Euskadi, Burgos, Zaragoza y Navarra enviamos 158 palomas a la guerra. Como ya es sabido por todos 2 son los factores que hacen a esta suelta inigualable en dureza: el bajo número de palomas enviadas y la gran dispersión de los palomares participantes. Es por ello que en sus 2 primeras ediciones sobraban los dedos de una mano para contar las palomas regresadas al reloj. Este año la hicieron 23 en 1 semana pero tan sólo 16 al 4º día que es mi baremo para el gran fondo. Más allá del 4º día para mí ya no es competición, sino supervivencia. Pero esto es algo muy personal. Al igual que la distancia límite. Para mí la línea entre competición y supervivencia tiene como valor de corte los 800 km asturianos equivalentes a 800 millas terrestres en Europa. Al cambio 1280 km. Por encima de esas distancias las palomas llegan cuándo y cómo pueden. Las que llegan, claro está. Suelta por tanto del 10%. Suelta de las que yo busco para seleccionar de verdad. De este tipo de concursos sólo llegan las excepcionales.


Las palomas se encestaban el Martes 18.  Yo había inscrito 5 palomas pero al final debido a un retraso en las puestas, no pude enviar 2 hembras que espero acudan a la cita en 2020. 2 machos y 1 hembra fueron los elegidos. Esta última por orígenes y condición, a pesar de haber puesto el segundo huevo 5 días antes del enceste, era la favorita. La paloma rebosaba salud y había demostrado tenacidad. Pero no quería verla como favorita para no gafarla. De hecho este año había planificado las vacaciones de tal forma que podría ir al enceste pero estaría fuera los días que duraba el concurso llegando para la apertura de relojes. No quería estar el día de la suelta y siguientes ya que sabía que esperaría y desesperaría. Como gran fondista, no aprecio el ver a la paloma aterrizar. Disfruto más viéndola ya en el palomar. Por tanto, las largas esperas nunca me han gustado. Si nuestros grandes fondos fueran con palomas de segundo día al amanecer como ocurre en otros lugares y aquí en ocasiones vemos en los fondos (540 km), quizás lo viera de otro modo pero son muchos años de esperar y desesperar para luego ver la paloma ya en su nido incubando. Ese es el mejor trofeo. No necesito más.

En una suelta así donde lo más fácil era no recibir en control, no estaba dispuesto a arriesgarme a perder 5 días de mis vacaciones esperando un milagro. Este año tocaba Escocia. No voy a negar que desde el amanecer del segundo día de concurso estaba pendiente del móvil a pesar de que el día había amanecido igual que había estado el día anterior: tapado. Apenas se veía la falda de el Monte Mofrechu (898 m) que veo a diario desde mi palomar. Poco antes de las 9.30 llegaba la primera paloma a  Navarra. Luego  Reinosa y finalmente Torrelavega. Dos palomas de Agustín y Ángel. Esas ya estaban en mi liga pues había montaña de por medio. Parecía que el viento las había metido hacia el este, como así fue dadas las sucesivas marcadas. De todos modos me parecían horas y números estratosféricos para este tipo de suelta. Esto es parte del sexto mito roto: jamás hubiera pensado que podría haber ese número de palomas y a esas horas de una suelta así. Y para refrendar ese número 6, llegó la paloma 6 del CLADN. Y lo hizo a Ribadesella. Pasadas las 2 de la tarde recibo un mensaje de mi casa. El reloj marcaba una paloma a las 13.53. Curiosamente del 540 km había llegado 5 minutos más tarde también al segundo día. Paloma muy especial. De la suelta de pichones tan dura del año anterior había regresado a las 4 de la tarde del segundo día exhausta. Tanto que la cogí sin dificultad de encima del jaulón. Apenas podía volar. Las alas descolgadas. Hueso y plumas. Lección de vida. Y lo llevaba dentro. Marcada siempre entre las primeras en todas las sueltas.

Paloma menuda. Hija del mejor reproductor que tenía hasta el momento en sueltas hasta los 530 km. Le faltaba esto para consagrarse: una descendiente de gran fondo. ¡Y de qué gran fondo!. Su madre: una hembra bronce muy pequeñita procedente de un huevo regalado por Luis Sánchez. Hija de su Morito Viejo. Comprado a Bernardo Truébano en 2004 es la paloma que más palomas de gran fondo ha dado en el Oriente en los últimos 20 años. Entre los años 2009-2011 6 nietos hicieron gran fondo al reloj. 10 años después y habiendo engendrado a la madre de Nessie con 13 años, ese macho sigue eyaculando oro. Este año 2 de las 6 regresadas de 540 km eran nietas y otras 2 bisnietas. Impresionante. Una lástima que esté al límite de su vida fértil.
Morito Viejo

Esa tarde visitaba el Lago Ness y mientras nos contaban la leyenda de su monstruo que ahora resultaba ser monstrua: Nessie, decidí que así llamaría a esta "monstruita" del gran fondo.

"La 132"-Madre Nessie

Tan orgulloso estoy de esta paloma que esperando no herir sensibilidades, considero a Nessie la vencedora virtual del CLADN 2019. Y no lo digo porque sea mía sino por dónde y cómo lo hizo. A una hora espectacular. A tan sólo 30 minutos de las marcadas en Cantabria costera. Y 80 km al oeste de todas las palomas que entraron en el 10%. Brutal. Sólo pensar por dónde cruzó esa paloma para llegar a esas horas con el día que hacía se me eriza el vello.

Algo de viento suroeste y una temperatura ideal en toda la península ayudaron al resultado. Que nadie piense que siempre va a ser así. Yo al menos estoy preparado para sufrir en ediciones venideras. De todos modos esto da un impulso grande a la prueba. Una prueba que hay que ser consciente que debido a la enorme dispersión de palomares es imposible igualar en cuanto a nivel de dificultad de los participantes. Yo lo asumo. Y aunque a todos nos gustaría ganar, yo me quedo con el análisis que hice arriba. Veremos si esta paloma deja huella en el palomar. De momento ya hay dos hijos para testar en 2020.

¡Nos vemos en el aire!
palomarmofrechu@yahoo.es