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Selección





El pasado año 2020, debido a las restricciones de movilidad por el coronavirus, sólo envié las palomas a una suelta de 515 km desde Mérida. Previamente habían hecho 3 entrenamientos de 50, 75 y 150 km, todos ellos dentro de Asturias debido al cierre perimetral. Brujuleando en Google Earth encontré un lugar que a las velocidades medias habituales que hacen por aquí las palomas, me daba unas 2.5-3 horas de vuelo. La localización era bastante atípica, pero para respetar la normativa y evitar la costa por la presión rapaz en esas fechas, no me quedaba otra. Villares de Arriba era el nombre de un pequeño pueblo de Ibias, en el suroccidente asturiano. 3 horas de coche para ir y otras tantas para volver. Dudo que nadie soltase allí palomas anteriormente. Envié 42 palomas, de las que 14 llegaron en 2 horas y 45 minutos. En el día había 31/42 y al final faltaron 7, habiendo llegado 6 heridas. Ya estábamos a 20 de Junio pero los halcones con los pollos destetados en su mayoría, seguían apretando. 
Llegando a Villares de Arriba



El 11 de Julio de 2021, se soltaron unas 600 palomas de Burgos, Reinosa, Torrelavega y Asturias en Mérida. Yo envié 23 y recibí 8 a lo largo de la tarde del segundo día. La primera llegó a las 11:57 horas; la última a las 21:05 horas; 3 de ellas heridas. Las predicciones daban calor y viento del este pero al consultar los datos de observación a posteriori, no fueron valores tan altos como los previstos. Lo que sí hubo ese día fueron 4 sueltas de distritos portugueses que pasaron la península de este a oeste y quizás pudieron tocarse en algún punto ya que las velocidades fueron muy bajas para todos en general. De Asturias iban 90 palomas de 4 colombófilos llegando sólo 10/90 en control (3 días). Aunque no era un gran fondo, pude sacar algunas conclusiones de las regresadas. Así, 3 de las 8 recibidas eran hijas de mi mejor voladora: Turbina con 2 machos diferentes y otras 3 eran hijas del 73, padre de Nessie-6ª CLADN´19) y mi mejor reproductor, con 3 hembras diferentes. Tras varios años esculpiendo en la sombra, la escultura iba cogiendo forma.

La 76 (RIP)-1ª recibida de Mérida (hija de Turbina)


Y es que como ya he venido contando en las sucesivas entradas de este blog, todo empezó con la importación de palomas inglesas allá por el año 2010. Así, en el año 2011 anillé los primeros pichones con sangre británica y como yearlings en 2012, recibí por primera vez en mi vida colombófila 2 palomas en control desde el gran fondo que aquel año era Lebrija (735 km). Eran un macho y una hembra, bautizados como Wiggins y Arra. Ambos habían volado previamente el fondo desde Quintana (525 km). Ella en el día y él temprano al día siguiente. Fondo y gran fondo en el montón a nivel regional, pero al reloj al fin y al cabo. 

Wiggins



Arra


En 2013 aparejé a Wiggins con Arra y en 2014 volé su descendencia. La única paloma que me quedaba tras la suelta de Zalamea (535 km), era un hijo suyo: el 08. Ese macho fue fichado en el día de suelta, cosa poco habitual en esta parte de Asturias, quedando 27º regional. En las 3 semanas que separaban el fondo del gran fondo y a pesar de que el bando se componía mayoritariamente de pichones, el 08 fue herido gravemente en la zona inguinal viéndose afectado el nervio ciático y quedando cojo durante meses por lo que no pudo ser enviado al gran fondo ese año. Pero como dice el refrán... no hay mal que por bien no venga. Y es que al ser el único superviviente volado a más distancia ese año, lo pasé a la reproducción. 

El 08



Al año siguiente, en 2015, el 08 fue aparejado con varias hembras, entre ellas una de las hembras que formó parte del equipo de gran fondo que en 2009 aupó a Luis Sánchez González al subcampeonato general absoluto de Asturias. Esa hembra fue 6ª regional de Jabugo (630 km) en el día y 9ª regional de Lebrija (735 km) tan sólo 2 semanas después. Más conocida por estas latitudes como la Picuda, sigue siendo aún fertil a sus 13 años de edad. Con 12 años engendró 11 pichones y con 13 vamos a por el sexto. Todos ellos ya con fines reproductores.

La Picuda con 13 años de edad



Del cruce entre el 08 y la Picuda nació Turbina, la protagonista de esta historia. En el año 2016 fue volada a 230 km si bien había realizado muchos entrenamientos incluído el de la entrada del blog Lo que pudo ser y no fue. Es decir: pasó varias “quemas”. En 2017 regresó a las 21:00 h de la noche del 230 km y en el montón a mediodía del segundo día de Quintana (525 km), pero en el gran fondo más duro de la historia de la colombofilia asturiana tanto por distancia, como por porcentaje de palomas recibidas en tiempo de control: Cabo de San Vicente (780 km)-13/350 recibidas, fue 1ª social y 4ª regional al atardecer del 2ª día. Hay gente que opina que en ese tipo de catástrofes no se pueden sacar conclusiones. Yo hablo de mis experiencias y en todas ellas han quedado buenas palomas. En este caso no ha sido buena; tampoco muy buena; ni tan siquiera excepcional. Esta es una paloma extraordinaria. Probablemente jamás vuelva a anillar una paloma así, capaz de clasificar tan arriba en una suelta tan exigente. Será muy difícil repetirlo. Pero lo que será casi imposible es que encima de gran voladora sea una reproductora extra.

Turbina


En las últimas dos campañas Turbina se ha ganado por méritos propios el título de hembra base del palomar. En su primer año de cría, en 2018, cruzada con mi macho base, el 73, dio una hija que en 2020 regresó de la suelta de 515 km como dije más arriba. 

El 73


En el año 2019, el cruce con otro buen macho inglés, el 667, produjo dos hermanas que en 2020 fueron también fichadas de 515 km (la 76 es una de ellas). 
El 667


El pasado año 2020 aparejé a Turbina con Keith, otro protagonista de una entrada antigua del blog: El Sueño de una Noche de Verano

Keith & Turbina


Pues bien, este año 2021, tras la debacle de Valdepeñas (540 km), en la que se perdieron cientos de palomas de Cantabria, Burgos y Asturias, un hijo de este cruce regresó a los 9 días (sólo recibí 3/29 al 2º, 3º y 9º días).
El 57



Pero es que de la Clásica del Norte 2021, 2 hermanas de nido (a su vez hermanas de ese macho), fueron controladas al 3º y 4º día de concurso tras unas condiciones atmosféricas adversas que impidieron el paso de palomas por la cordillera los dos primeros días de concurso. 






Como colofón a esta exhibición genética sin precedentes en mi palomar, una tercera hembra hija del 73 con Turbina encestada con tan sólo 9 meses de edad y 8 plumas de nido, regresó del CLADN´21 a los 28 días fuera de control. Enviaba 6 palomas, 3 de las cuales eran hijas de Turbina. Y fueron las 3 que regresaron. 


Dobra

Sé que este relato puede parecer mágico pero al final es lo que todo aquel que haya perseverado trabajando unas palomas durante años observará: muy pocas palomas sirven y las pocas que valen están emparentadas. No hay secretos, ni milagros. Eso es la selección genética en esencia. Más rápida en unos lugares, más lenta en otros. Aquí en el Oriente de Asturias el tiempo pasa más despacio en términos colombófilos. El bisabuelo de Turbina voló fuera de control desde 770 y 780 km dos años consecutivos allá por el 2007-08. Sus abuelos paternos lo hicieron en 2012. Su padre en 2015. Ella en 2017. Sus hijas en 2020-21. Y hay también una nieta volada a 530 km este año 2021 en otro palomar del Oriente. Ahora sólo me queda saber conservar esta genética por muchos años mediante consanguinidad. Porque la genética, como ha quedado patente, es la clave del éxito. Y ojo, no es mérito del colombófilo, sino producto unicamente del azar.

¡Nos vemos en el aire!
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