Por lo general los colombófilos relacionan el acrónimo PIPA
con exclusividad: precios elevados, pero calidad. Sobre el papel, gente seria
que ofrece un servicio premium resaltando ante todo que las palomas que
subastan están garantizadas en cuanto a su origen con un certificado de ADN;
algo que no se estila en los múltiples sitios de subastas que hay en la
actualidad. Esto era al menos para mí, su principal sello de identidad.
Reconozco que nunca fui de los que ojeaban sus subastas, ni
tampoco de los que leía asiduamente los artículos y noticias de su web. Lo que
si que visitaba al principio del milenio era la sección de links de
colombófilos de todo el mundo desde donde podías acceder a las primeras páginas
de colombofilia de los diferentes países cuando empezaba a expandirse internet.
Todo aquello desapareció en pos de las subastas. Es comprensible y respetable.
De hecho supieron diferenciarse y crear un modelo de negocio pionero a nivel
mundial. Pero cuidado, que también se puede morir de éxito. Yo sólo soy de esos
muchos pocos como suele decirse. Tan sólo un desengañado de a pié. Pero que no
descuiden esa parcela del negocio, porque todo suma…y resta.
Jamás se me pasó por la cabeza comprar una paloma en PIPA.
Ni siquiera sabía cómo funcionaba el asunto de las pujas. Me parecía que había
mucho marketing en todo aquello. Pero hete aquí, que a raíz de los resultados
estratosféricos de Jellema del 2014 a esta parte, tras leer mucho sobre sus
palomas estudiando orígenes y resultados, contactar con él y ver que las
puertas estaban cerradas para adquirir algún ejemplar suyo de forma particular,
la única alternativa que me quedaba era pujarlas en PIPA.
Enseguida descubrí que el mundo de las subastas, al menos
las de palomas, era pura especulación. La mayoría de personas que compran allí
son lo que yo llamo coleccionistas de palomas. Al igual que existe gente que
invierte en arte, en el ladrillo o en bolsa, otros lo hacen en palomas para
luego comerciar con la descendencia. Nunca me pareció algo muy rentable, pero haberlos
hailos. Puede que sea una forma de lavar dinero. No lo sé. Por otro lado para
ciertas personas el decir: “esta paloma salió de PIPA”, es sinónimo de
ostentación. Quizás todo sea eso y entonces prefiero no opinar al respecto.
En mi caso PIPA fue el medio inevitable para llegar a la
sangre Jellema. Yo las quería para competir con su descendencia, no para
comerciar con ellas. Y valoraba positivamente que fueran certificadas. Esas
eran mis credenciales.
Cegado por los resultados del colombófilo en cuestión y por la
parte científica que aseguraba que lo que el papel decía era aquello por lo que
pagabas, intenté ser práctico y ví que un colombófilo inglés coleccionista de esa
sangre, en concreto de la que yo buscaba y llamo “antigua” -aquella que lo
había llevado a ganar el Barcelona internacional y no la que contenía ya sangre
Batenburg mezclada- subastaba palomas que salían a precios razonables. Salvo
excepciones no eran hijos directos de palomas voladas por Jellema, pero tampoco
eran bisnietos o tataranietos. Además de ser lo que buscaba en cuanto a
orígenes vetustos, era más económico por la depreciación que suponía llevar las
siglas GB y no NL en su anilla.
Seguro que es el modus operandi en subastas de cualquier cosa,
pero uno se siente impotente de ver como hay gente que sin ningún interés por
adquirir una paloma la sube más y más para que tanto el que vende, como el que
subasta y seguramente directa o indirectamente él mismo, se llenen los
bolsillos. Nadie obliga a nadie a comprar, pero que suban una paloma
absurdamente da mucho coraje. Y es que no sé cómo hacen en otros sitios
similares, pero aquí no pasa nada si la paloma se la traga el vendedor o su
socio/amigo que la sube. Si eso ocurre, PIPA la saca en la subasta que organiza
a primeros del mes siguiente. Por ejemplo, en la próxima “September Auction”
pondrá a la venta las palomas que se comen sus dueños y las impagadas de este
mes de Agosto. Negocio redondo para ellos, pero una faena para el que al
subirle mucho una paloma que anhelaba acaba yendo a por otra, para luego ver
que la que le habían subido, sale de nuevo a subasta a primeros de mes. Cuando
descubrí esto, la verdad que me pareció un detalle bastante feo por su parte.
Otra de las cosas que tampoco me pareció correcta es la de
que un mismo cliente tenga varios nicks con los que pujar. La primera vez que
solicité un nick nuevo, pensé que me quitarían el antiguo, pero no fue así. Me
dieron más llegando a tener hasta 5 nicks simultáneamente con los que poder
pujar por una misma paloma para jugar al despiste. Al final acabas siendo igual
que ellos si quieres sacar algo en limpio. No queda otra.
Algo que también me sorprendió, dada su supuesta seriedad,
era que permitieran la venta fuera de subasta de palomas que ya estaban en sus
instalaciones. Seguro que llevándose ellos una comisión, por supuesto. En mi
caso, me ofrecieron una fuera de subasta y la verdad que no daba crédito. Poderoso
don dinero. Afortunadamente, no piqué y logré sacarla luego por casi la mitad
de lo que me pedían una vez entraron a subasta.
A pesar de observar todas estas jugadas, los 2 primeros años
las cosas fueron relativamente bien. La paloma de gran fondo está bastante poco
reconocida en todos los aspectos por lo que no asciende a cifras astronómicas.
Soy consciente de que la genética es caprichosa y que bueno por bueno no
siempre da bueno. Salvo que alguien te venda su paloma de los huevos de oro,
cosa que jamás sucederá, comprar palomas más cercanas a la cepa se me antoja la
forma más directa de incrementar las opciones de que alguna transmita. Luego
está el factor número: a mayor número de palomas probadas, mayores las
probabilidades. Así es como funciona la mayoría de la gente que compra palomas.
Y no dudo que les vaya mejor que a mí, pero soy incapaz de pagar por pedigrees
sin unas mínimas garantías de que lo que dice el papel sea lo que realmente
tienes en las manos.
Las cosas empezaron a torcerse cuando a principios de este
año, al iniciar sesión para pujar una paloma, aparecía un mensaje que había que
aceptar para poder continuar, donde lo único que resaltaba era que ahora
cobrarían unos gastos de gestión. Digamos que dejaban clara la parte económica
que para la mayoría, es lo que importa por mucho dinero que algunos compradores
tengan. Mi modus operandi era escoger las palomas que me interesaban el día que
abrían la subasta, y no conectarme para pujar hasta 10 minutos antes de que
finalizasen las pujas de esas palomas 2 semanas más tarde. No sé a qué iría
destinado ese dinero pero como nadie está obligado a comprar, si quieres lo que
buscas, tienes que pulsar aceptar. Y pulsé. Dudo que nadie haya leído la letra
pequeña adicional a esos gastos de gestión, pero en mi caso que lo que más
valoraba de ellos era el certificado de ADN, debía de haberlo leído, pues a
posteriori descubrí, que entre otras cosas informaban de que sólo ofrecían el
mismo a las palomas nacidas del 2023 en adelante. En aquel momento, como la
paloma adquirida era precisamente de ese año, ni me enteré, pues ella si lo
tenía.
Éstas son las condiciones actuales: https://auctions.pipa.be/en/general-terms-conditions-sale
El problema principal vino con la la última de mis adquisiciones. Una paloma del 2022. Cuando tienes la puja ganadora y descargas la documentación, siempre viene el certificado de ADN en un PDF, pero en ésta no salía. Pensé que se trataba de un error y me puse en contacto con ventas donde me dijeron que con esa edad o mayores, desde este año, no llevaban certificado de ADN. Como no estaba al tanto de la letra pequeña, insistí en la necesidad de saber la paternidad ya que su padre era del año 2007, por lo que accedieron y me enviaron un certificado donde aseguraban que era hija de ese macho del 2007, pero no hacían mención a la madre. Les pregunté y me respondieron que yo sólo había pedido asegurarme de quién era el padre; que la madre era imposible de certificar ya que había fallecido y no podían tomarse muestras de plumas para el ADN. Pero eso no se me dijo cuando yo le solicité el certificado inicialmente, ni tampoco cuando me lo envió. Medias verdades. Sólo se me dijo que como yo había requerido la paternidad, pues ahí la tenía. En ese momento ya sabía que la madre estaba muerta, por lo que lo suyo sería haberme dicho que de la madre no iba a poder certificar nada.
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El certificado que colmó el vaso |
En todo momento ellos se escudaban en que yo había aceptado las condiciones y términos generales en aquel mensaje que todo el mundo que en este 2024 ha pujado, ha tenido que aceptar, pero para mí eso no es transparencia, si no oportunismo puro y duro. Se aprovechan de la impulsividad que entraña el acto de pujar para colocarte ese mensaje justo en el momento que ya tienes decidido ir a por esa paloma. La gente que lleva pujando años no lee cada 1 de Enero las condiciones generales para ver los puntos que han cambiado. Lo suyo, y así se lo expuse, sería que hubieran enviado una circular por correo electrónico a los clientes activos, ya que anunciarlo públicamente sería perder su caché, donde informaran de que a partir de este 2024 sólo las palomas nacidas el año antes, irían acompañadas del certificado de ADN. Pero claro, eso no deja dinero. Porque al final yo pagué y me quedé la paloma. Y si no te gusta, no vuelvas.
Que lo sepa todo el mundo: PIPA sólo vende palomas del año
con certificado de ADN. El resto, como los demás: un acto de fe.
Y como dije más arriba: no sé a qué van destinados esos gastos de gestión. Recientemente descubrí a lo que seguro que no van destinados. Y es que a raíz de escapárseme una paloma Jellema y ponerme en contacto con las federaciones inglesa y holandesa, descubrí que la titularidad de las palomas no está transferida al comprador. Mis palomas seguían a nombre de Dean Pallatt, Jelle Jellema y Herman Hendrix. Es decir, si una paloma se me escapa, alguien la encuentra y la comunica, debemos de confiar en la honestidad de esos señores para que no la reclamen e informen a PIPA de que ha aparecido. Y a mayores debemos de confiar en la honestidad de PIPA, lo cuál ya es mucho confiar, de que contacte con el comprador. Me parece lamentable que con lo que se paga por las palomas, no realicen esos trámites antes de enviar las palomas. Muy miserable.
Que lo sepa todo el mundo: PIPA no transfiere la titularidad de las palomas a nombre del comprador. Oficialmente siguen siendo propiedad del vendedor pues sólo envían una fotocopia de la tarjeta de propiedad y de poco sirve tenerla si la paloma se comunica a la federación y ésta contacta con su anterior propietario.
Para rematar mi decepción tenemos a Gendika, el laboratorio
que realiza las pruebas del ADN, que quiero pensar que por protección de datos,
aunque dudo si en connivencia con PIPA, no analiza plumas sueltas de palomas a
las que quieras realizar un contraanálisis por llamarlo de alguna manera. Me
explico: mi idea era mandarles plumas de alguna de las palomas compradas y
testadas por ellos, para ver si coincidían sus padres que tendrán junto con mis
palomas compradas en su base de datos. Y quería haberles enviado alguna pluma
de otra paloma diferente para ver qué decían y cuánto de fiable era. Sinceramente
no creo que el problema esté en el laboratorio, pero exigir que yo contactase
con el dueño de los padres de mi paloma, para que él autorizase a Gendika
decirme que eran los que el certificado decía, me parece de risa. Obviamente si
yo tengo que contactar con el dueño y decirle al laboratorio el nombre del
mismo, el contraanálisis no tiene gracia, ni sentido. Ellos argumentan que es
por protección de datos. Yo pienso que es por miedo a que no haya concordancia
en alguna de las palomas analizadas. De todos modos probablemente la mayor de
las sospechas deba recaer sobre los que entregan y recogen las plumas para
analizar posteriormente su ADN. Si el vendedor entrega plumas sin que el que
verifica el proceso contraste las numeraciones de esas palomas con lo que
realmente ofertan, estamos perdidos. Por muy preciso que sea el ADN en el
laboratorio, el factor humano estará siempre presente y puede que entonces
estemos comprando simplemente papeles.
Dicen que de los errores se aprende, así que forget the mistake; remember the lesson.
Hasta siempre PIPA.
¡Nos vemos en el aire!
palomarmofrechu@yahoo.es