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Colombofilia de supervivencia




 



Tras 18 años con palomas mensajeras y tan sólo 4 recolectando mis primeros frutos en forma de palomas regresadas del gran fondo al reloj, es como reza el título de la entrada, como yo resumo nuestra colombofilia en el Oriente de Asturias. Una colombofilia donde con suerte y buen hacer, sólo el 5% de los ejemplares anillados, siguen vivos al final de la campaña de adultas.


Cuando empecé en esto de las palomas, todos me decían que nuestras opciones estaban en la última suelta del campeonato: el gran fondo. Y efectivamente es la única donde vamos más igualados en aspiraciones al resto de colombófilos asturianos. Aunque esto tampoco es del todo cierto ya que mientras los colombófilos situados en zonas con mejor orografía y mayor densidad de palomares consiguen dar a sus palomas un rodaje gradual, las nuestras tienen que ir “saltadas” debido a que desde un simple entrenamiento de 100 km a nivel regional donde hay mucho arrastre hacia las zonas colombofilamente más pobladas, nuestros tiempos de vuelo se disparan y esas palomas no están para ir a la cesta a la semana siguiente. No al menos en condiciones de regresar. Es por ello que no queda otra que irnos al tradicional esquema de dedicarse todo un año a las palomas para al final ir sólo a 3 de los 9 concursos de que consta el calendario asturiano actualmente. Estos es, enviar las palomas a: 230, 530 y 730 km “lineales”.



Yo he intentado buscar explicación, que no justificación, para ver de dónde salen esas horas extra de vuelo que nuestras palomas emplean para regresar a casa en las sueltas regionales de menos de 500 km y creo que puede resumirse en 3 puntos:


1-Inexperiencia y arrastre. Como cada año se vacía el palomar pensando en que ser hormiga tiene poco sentido en un lugar donde la esperanza de vida de una viajera es extremadamente corta, pues cada día que la paloma sale a volar es un riesgo muy elevado dada la brutal presión rapaz que las asedia, el 95% de mi censo son yearlings. Palomas vírgenes que por mucho músculo y entrenamiento tanto por el palomar, como por carretera les haga antes de empezar, siguen siendo arrastradas. Sin ir más lejos, este año 2016 les dí 570 km de “coche” antes de empezar. En la primera suelta, los 3 colombófilos del Oriente en activo, enviábamos 90 palomas que fueron liberadas junto con 2020 palomas del resto de Asturias, estando el palomar más cercano situado 50 km al oeste de los nuestros. Obviamente, y a pesar de la salud, entrenamiento y motivación, me/nos barrieron. Pero después de todo lo que me ha llovido por la chaqueta como se suele decir, este hándicap no hace más que espolearme a seguir seleccionando en busca de palomas capaces de romper y volar solas. Palomas extras con una capacidad de orientación superior, tenacidad descomunal e instinto de supervivencia agudizado para zafarse de los depredadores. Un desafío enorme, por el que estoy dispuesto a seguir luchando.



2-Dificultad de la ruta centro-oriental y presión rapaz descomunal. Las palomas llegan del sur a los palomares del centro donde como dije se concentra el 90% de los colombófilos de la región. Lo que hacen luego, nadie lo sabe, pero se intuye. Seguro que alguna paloma se separa antes, pero el 95% cogen la costa a la altura de Gijón y costean durante 40-50 km hacia el este. El riesgo de ataques de peregrino aumenta notablemente en la costa, pero además, de los últimos 20 km, 15 consisten en un “desfiladero costero” donde la Sierra del Sueve que es un paisaje natural protegido plagado de aves rapaces, dista 4 km de la línea de costa. Es el lugar ideal para emboscadas en las que muchas mensajeras sucumben a los ataques de halcones peregrinos.


Estoy absolutamente convencido de que la mayor parte de mis palomas pierden muchísimo tiempo escondiéndose de las rapaces en estos 50 km adicionales y finales de costa. He recibido palomas desde 300 km a las 10 horas de haber sido soltadas, que cuando las cogía en la mano, no parecían haber volado más que la mitad del tiempo. Muy subjetivo, pero real. Habrá quién diga que para regresar aquí no pueden tener miedo y esconderse nada más reciben un ataque del peregrino. Yo les digo que esas palomas que saben esconderse son las que recibimos al final de la campaña desde la suelta de gran fondo. No me cabe ninguna duda. La valiente que intenta pasar; la paloma rápida, velocista o puntera, tiene los días contados en estos parajes. Pero de eso hablaré en otra entrada del blog. La solución se me torna difícil y las palomas tendrán que seguir regresando por etapas que marcan los ataques del peregrino.

Paisaje Natural Protegido de la Sierra del Sueve.

(las palomas pasan por el lado izquierdo de la imagen)


3-Finalmente, pura física. Por la rotación de la tierra, existe una deriva del vuelo hacia el oeste cuando se suelta en el sur y vuelan hacia el norte. No sé cuán determinante en la ecuación de las horas de vuelo extras que suman nuestras palomas, pero el vuelo de sur a norte describe una “C” más o menos deformada según los vientos reinantes ese día. Vientos en los que a estas alturas del año predomina la componente nordeste.


La solución global a estos problemas se me antoja compleja. La mayoría: aislamiento, dispersión de palomares, presión rapaz desmesurada, arrastre demoledor y entrada desviada hacia el oeste con una ruta costera muy compleja, no están de mi mano. Pero tengo claro que el margen de mejora, pasa por seguir seleccionando palomas extraordinarias: lentas pero seguras.


Ahora bien, por mucho que afinemos la selección, el halcón peregrino y el azor siempre serán depredadores, y las palomas siempre serán presas. Y mientras siga habiendo tantos, habrá que seguir… ¡sobreviviendo!.

¡Nos vemos en el aire!
palomarmofrechu@yahoo.es